Los seguros de vida han caído un poco en descrédito en el contexto de la política de tipos de interés. Pero no hay que subestimar su valor. Aunque no le guste pensar en su propio fallecimiento, los supervivientes se lo agradecerán. Además del clásico seguro de vida a plazo, existen, por ejemplo, los seguros de vida exprés, que ponen a disposición del asegurado un capital de forma rápida y poco burocrática en el peor de los casos, para que la liquidez no se convierta en un problema. No es raro que se requiera tiempo, paciencia y un esfuerzo considerable hasta que se aclaren las cuestiones de derecho sucesorio.
La pensión de supervivencia en España sólo oscila entre el 52% y el 70%. Por lo tanto, un seguro de vida es una forma muy buena y sencilla de garantizar a la pareja superviviente un nivel de vida constante.
Sin embargo, el seguro de vida no debe relacionarse con el fallecimiento.
Los seguros de vida temporales convencionales también le dan seguridad en caso de invalidez permanente, pagan un anticipo en caso de enfermedad grave u otras prestaciones adicionales acordadas. Y por último, pero no por ello menos importante, también puede hacer que su seguro de vida le pague para realizar un viaje de ensueño, comprar un coche nuevo o cumplir otros deseos.
Las pólizas de seguro de vida para la protección del crédito son de especial importancia. Los bancos se los ofrecen automáticamente, pero no suelen hacerlo en las mismas condiciones que la propia aseguradora. Por lo tanto, debe buscar asesoramiento adicional y ofertas alternativas en un corredor o agente de seguros. Ya sea obligatoria o voluntaria, una garantía de crédito asegura un sueño tranquilo y la certeza de no dejar un montón de deudas a los familiares supervivientes.
